Análisis
El parque bolívar de la ciudad de
Medellín se presta para agrupar gran diversidad de culturas, hay momentos en
los que el lugar presenta capacidad integradora, puesto que allí se llevan a
cabo varios eventos tales como la presentación de la banda sinfónica de la
Universidad de Antioquia lo cual acoge a un variado tipo de público, que va
desde ancianos hasta niños y por lo instrumental de la música la diversidad de
culturas.
También se realiza allí el
mercado de san alejo y es un punto donde la capacidad integradora es mucho más
amplia, culturas y subculturas se
apoderan del lugar, gran variedad de tribus urbanas acuden a consumir cultura,
producir cultura.
Es un lugar donde habitan
temporalmente muchos actores culturas, que aunque son tan diferentes es de
resaltar la tolerancia entre ellos, tienen diferentes pensamientos,
conocimientos, expectativas pero no por esto se rechazan, conviven en un mismo
sitio compartiéndolo con armonía, excepto cuando aparecen allí los dueños de lo
ajeno que no solo se roban objetos si no la tranquilidad del lugar.
Tenemos que reconocer que
todos necesitamos del otro y es allí en
el espacio público donde se permite que las diferentes culturas se reúnan compartan
sus ideas y tradiciones, sin necesidad de interactuar entre sí, haciendo parte
de la toma de decisiones para la ciudad
y por la ciudad.
El espacio público donde permite a las personas un lugar de encuentro en el
cual pueden conocer más de la ciudad y convertir el espacio un lugar propicio
para descansar, reflexionar, consumir cultura y hasta producir cultura debido a
la gran hibridación que hoy en día vivimos. Podemos tomarlo como un lugar de
encuentro pero también un amplio espacio para hacer de este una labor
diaria de la supervivencia de muchas personas, la base de la economía de varios
hogares de Medellín, donde la mayoría son familias numerosas que pueden
tener 4 o más hijos, y es precisamente el espacio púbico que estudiamos el que
nos permite ver evidenciado esta situación que también nos presenta una cultura
una forma de vivir y de subsistir en una sociedad que brinda pocas
oportunidades.
El trabajo “digno” que se
presenta en el parque nos permite ver una cara positiva del lugar, tenemos
también que tratar un lado oscuro del
sector ya que es más poblado por personas indigentes, prostitutas, comunidad
LGTV; de aquí se dan lugar muchas más acciones ilegales dentro de las que
podemos destacar los atracos, pero esto podría suceder en cualquier otro lugar de Medellín y zonas
aledañas, la venta de drogas alucinógenas, el consumo de marihuana entre otros
son también prácticas que degradan el parque de Bolívar.
Los
habitantes del sector, transeúntes y los
mismos vendedores ambulantes denuncian a diario actos delincuenciales ante el
CAI de policías; pero esto no para los sucesos
poco agradables y la ilegalidad de algunos
vendedores que no tiene autorización de trabajo, en el lugar la presencia de la
autoridad es algo que pareciera no existir, como decíamos anteriormente actos
delincuenciales, drogas entre otros ilícitos se dan en la cotidianidad del
espacio, pero no obstante la autoridad no presta la atención necesaria y así se
hace invisible ante los ojos de la delincuencia.
Aun así hay muchas personas
que frecuentan el parque, lo transitan y hacen de el un lugar agradable para
estar con su familia, pues algunos afirman que un robo puede ocurrir en
cualquier sitio de la cuidad y que es muy importante que sus hijos conozcan y
aprovechen un lugar tan emblemático y multicultural de la ciudad.
Finalmente encontramos el
Parque Bolívar, nuestro objeto de estudio, un espacio metamórfico que en un día
cambia y varia de ambiente de una manera impresionante, inicia en la mañana y
con el pasar de las horas un cambio cultural en el entorno sin darnos cuenta se
va dando hasta que llegada la noche el contraste de el tiempo nocturno es
completamente diferente a lo que a plena luz del día se vive.
No hay comentarios:
Publicar un comentario