jueves, 17 de mayo de 2012



Análisis 


El parque bolívar de la ciudad de Medellín se presta para agrupar gran diversidad de culturas, hay momentos en los que el lugar presenta capacidad integradora, puesto que allí se llevan a cabo varios eventos tales como la presentación de la banda sinfónica de la Universidad de Antioquia lo cual acoge a un variado tipo de público, que va desde ancianos hasta niños y por lo instrumental de la música la diversidad de culturas.
También se realiza allí el mercado de san alejo y es un punto donde la capacidad integradora es mucho más amplia, culturas y subculturas  se apoderan del lugar, gran variedad de tribus urbanas acuden a consumir cultura, producir cultura.
Es un lugar donde habitan temporalmente muchos actores culturas, que aunque son tan diferentes es de resaltar la tolerancia entre ellos, tienen diferentes pensamientos, conocimientos, expectativas pero no por esto se rechazan, conviven en un mismo sitio compartiéndolo con armonía, excepto cuando aparecen allí los dueños de lo ajeno que no solo se roban objetos si no la tranquilidad del lugar.
Tenemos que reconocer que todos necesitamos  del otro y es allí en el espacio público donde se permite que las diferentes culturas se reúnan compartan sus ideas y tradiciones, sin necesidad de interactuar entre sí, haciendo parte de la toma de decisiones  para la ciudad y por la ciudad.
El  espacio público donde permite a  las personas un lugar de encuentro en el  cual pueden conocer más de la ciudad y convertir el espacio un lugar propicio para descansar, reflexionar, consumir cultura y hasta producir cultura debido a la gran hibridación que hoy en día vivimos. Podemos tomarlo como un lugar de encuentro pero también un amplio espacio para hacer de este una labor  diaria de la supervivencia de muchas personas, la base de la economía de varios hogares de Medellín, donde la mayoría son familias numerosas  que pueden tener 4 o más hijos, y es precisamente el espacio púbico que estudiamos el que nos permite ver evidenciado esta situación que también nos presenta una cultura una forma de vivir y de subsistir en una sociedad que brinda pocas oportunidades.
El trabajo “digno” que se presenta en el parque nos permite ver una cara positiva del lugar, tenemos también que tratar un  lado oscuro del sector  ya que es más poblado por personas indigentes, prostitutas, comunidad LGTV; de aquí se dan lugar muchas más  acciones ilegales dentro de las que podemos destacar los atracos, pero esto podría suceder  en cualquier otro lugar de Medellín y zonas aledañas, la venta de drogas alucinógenas, el consumo de marihuana entre otros son también prácticas que degradan el parque de Bolívar.
Los habitantes del sector, transeúntes y  los mismos vendedores ambulantes denuncian a diario actos delincuenciales ante el CAI de policías; pero esto no para  los sucesos poco agradables  y la ilegalidad de algunos vendedores que no tiene autorización de trabajo, en el lugar la presencia de la autoridad es algo que pareciera no existir, como decíamos anteriormente actos delincuenciales, drogas entre otros ilícitos se dan en la cotidianidad del espacio, pero no obstante la autoridad no presta la atención necesaria y así se hace invisible ante los ojos de la delincuencia. 
Aun así hay muchas personas que frecuentan el parque, lo transitan y hacen de el un lugar agradable para estar con su familia, pues algunos afirman que un robo puede ocurrir en cualquier sitio de la cuidad y que es muy importante que sus hijos conozcan y aprovechen un lugar tan emblemático y multicultural de la ciudad.
Finalmente encontramos el Parque Bolívar, nuestro objeto de estudio, un espacio metamórfico que en un día cambia y varia de ambiente de una manera impresionante, inicia en la mañana y con el pasar de las horas un cambio cultural en el entorno sin darnos cuenta se va dando hasta que llegada la noche el contraste de el tiempo nocturno es completamente diferente a lo que a plena luz del día se vive.


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